Sacrificar un día en Berlín para visitar Postdam puede merecer la pena, pero si eres un amante de los jardines, las fuentes y los palacetes de verano no te queda más remedio.
Fácil de llegar con el S-Bahn desde Alexander Platz o cualquiera de las estaciones principales, tras media hora de tren y un paseíto de un cuarto de hora te encuentras a las puertas de una de las mayores muestras de megalomanía no original jamás vista por mí, el Parque Sanssouci.
Megalomanía- porque un rey alemán se empeño en construir un área de recreo inmensa, con muchos palacetes y fuentes; no original- porque la idea le surgió tras una visita a los jardines de Versalles. Vamos el típico caso de culo veo culo quiero.
En pleno verano, en un día caluroso y bastante soleado es una delicia perderse por esos jardines e imaginarse como sería aquí la vida en el siglo XVIII. Hay edificios interesantes diseminados por el parque: Orangerieschloss, Neues Palais, Schloss Charlottnhof; palacios reales donde se alojaban las visitas extranjeras y la propia familia real. Siguiendo los pasadizos entre los árboles acabas llegando a edificios más pequeños como el Drachenhaus, edificio del dragón; y también algunos de los edificios de la universidad de Postdam. Después de cuatro horas vagando por el parque llegamos a la salida, se hace raro volver al gris del cemento después de semejante viaje al pasado.
Camino de la estación paseamos por el centro de la ciudad, al que se entra por una puerta de Brandemburgo a escala. Cerveza de rigor en una terraza, alguna que otra compra y de vuelta a Berlín.
Por cierto Postdam no es sólo un viaje a una época de reyes, princesas y opulencia; fue aquí en los estudiosUFA donde Fritz Lang rodó en 1927 Metrópolis; antigua, sí, pero totalmente de actualidad.
5 nov 2006
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