Riga reniega de su pasado comunista, es difícil creer que estemos en una exrepública soviética; en su afán de cambio los letones han llevado al extremo el sistema capitalista. El consumismo, la especulación y la libertad convertida en vicio forman la carta de presentación de la nueva Riga. Pero desgraciadamente Riga no es más que una gigantesca burbuja formada por el centro de la ciudad y que poco a poco se expande por los barrios adyacentes, arrasando a su paso todo aquello que no huela a progreso.
Si te subes al autobus y te adentras un poco en la otra ciudad, el paisaje es desolador. El mago del progreso ha dejado de lado indigentes, edificios en ruinas y desolación. Dentro de unos años quizás los edificios ruinosos serán grande bloques de apartamentos y la desolación dejará paso al progreso, no lo sé, pero lo que es seguro es que para todos estos indigentes ya no hay futuro.
En los últimos años Riga es a los turistas lo que la Costa Brava a los estudiantes de bachiller en las excursiones de fin de curso, es decir, lo de menos es donde estás sino lo bien que te lo puedes llegas a pasar. Si combinas los precios de los vicios más comunes, alcohol y tabaco prácticamente regalados con la belleza explosiva de las mujeres tienes más de lo que puedes llegar a soñar. Por eso más allá del paro, la inflacción y el boom inmobiliario, Riga aspira a convertirse en un centro turístico europeo, las líneas baratas les aseguran un gran número de turistas, de qué tipo? - eso ya es otra cosa. Todo está de saldo en Riga; se gasta lo mismo en una semana en Riga que en dos días en Estocolmo y con un mayor nivel de vida. El centro de la ciudad es bastante atractivo, edificios antiguos, calles empedradas y la gran mayoría peatonales; lo mejor de Riga es perderse por esas calles y disfrutar de la atmósfera que las rodea. Pararse a tomar un café o disfrutar de una estupenda comida en un restaurante sin que el presupuesto del viaje se resienta.
Riga es conocida como el París del este, no he estado en París, no puedo comparar; pero el legado arquitectónico de la ciudad es considerable, aunque el boom urbanístico no ha dejado ninguna pieza contemporánea reseñable todavía. Una de las visitas imprescindibles de la ciudad es el mercado, probablemente uno de los más grandes de Europa. Cientos de pequeños puestos se aglutinan en un gran espacio cerca de la estación de trenes, el centro neurálgico está formado por unos inmensos barracones que pertenecieron al ejército, en su interior se encuentran los puestos de venta de comida y productos perecederos. Si bien la mayor parte de los puestos ofrecen productos quizás no muy interesantes, si uno se toma su tiempo en recorrerse el mercado puede encontrar ciertos puestos de segunda mano donde conseguir verdaderas joyas, y como siempre por poca pasta. Nunca está de más regatear un poco.
A día de hoy riga se ha convertido en una ciudad sin personalidad, o al menos en busca de ella. El afán de borrar el pasado de las nuevas generaciones choca con la sensación de vacío de los mayores ante el nuevo rumbo de la ciudad y aunque el futuro es incierto; sólo la aceptación del pasado permitirá una convivencia de todos hacia una Riga del siglo XXI.
28 ene 2007
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2 comentarios:
Interesante blog. Saludos desde Argentina.
moi como te luces, parece una guía sacada del lonely planet... No se te daría mal ser guía de viajes!
Qué fiestón en riga!
Habrá que volver algún dia con menos frío!
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