12 nov 2006

Braunschweig, una escapadita que merece la pena


Un pequeño cambio de aires, ver algo distinto, cambiar de entorno por unas horas, en definitiva cargar las pilas; siempre es necesario cada cierto tiempo antes de que se agoten las baterías. Nada mejor que otra ciudad, no muy lejana, con tiendas, gente y un clima más benévolo que Clausthal, por supuesto con una buena compañía. Braunschweig es todo eso y más, es la ciudad más importante del suroeste del Niedersachen con algo más de 240.000 habitantes, donde tradición y progreso se dan la mano... Al menos así reza el panfleto de la oficina de turismo.
Tradición e historia se ven en toda la zona antigua de Braunschweig, es como una pequeña villa dentro de una gran ciudad, lo del progreso lo dejo para el 2007, pues Braunschweig ha sido designada ciudad de la ciencia 2007.
Para disfrutar de Braunschweig es vital que el tiempo acompañe, nada de lluvia y un clima agradable, para así poder perderse por las calles peatonales de la ciudad. Durante este paseo la ciudad va saciando cada una de nuestras necesidades, una librería para David, un abrigo para Santi, un castillo con gaiteros para María, un platito de pescado para mí y tías buenas para disfrute de Balles. Tampoco es que sea nada del otro mundo, pero nuestra pequeña burbuja clausthaliana ha conseguido que las acciones cotidianas del pasado sean ahora pequeños placeres muy de vez en cuando; a ver si así aprendo a valorar lo que tengo -que diría mi padre.
Caminamos desde la Wilhelm Platz hasta el Rathaus, con calma, sin ninguna prisa; deteniéndonos en cada fuente, en cada plaza y en cada mercadillo que encontramos. Los encargados de los puestos ambulantes con sus disfraces mantienen la armonía con los edificios más antiguos, y en las zonas más modernas terrazas con unas comodísimas sillas esperan para descansar de tanto empedrado. Porque haga frío o calor; llueva, truene o relampaguee, hay que disfrutar de una cerveza en cada ciudad alemana y si aún encima es típica procurar, con más o menos disimulo, llevarte la jarra de regalo.
Braunschweig no es la ciudad más hermosa de Alemania, tampoco tiene mucho especial que ver; pero si estás viviendo en el Harz y quieres recordar como es una ciudad, con bullicio, sin frío e incluso hacer alguna compra, a sólo una horita de Clausthal; pásate por Braunschweig. Porque cargar las pilas no tiene precio.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mae 'taba claro que te ibas a
enamorar en el poste ese, que veo
cada noche mamas desesperadas
porque no están capaz de quitar
sus niños del jugete. Espero que
no atrasaste mucho al grupo eh ;)
Pues cuando te apetezca hacerlo
otra vez ya sabés que estoy acá.
Podrás jugar allí horas mientras
me tomo mi cafecito, vigilandote
como un buen tio ejejeje.

Anónimo dijo...

Esperaba algo un poco más jugoso. Si ésto es lo que te ha llevado tanto tiempo......

Anónimo dijo...

It's very nice Moi!Although I can't understand a single thing because it's in Spanish..
Kisses;-)

Anónimo dijo...

La primera foto tiene guasa: la distancia entre los seres que en ella aparecen aumenta de izquierda a derecha en progresión geométrica.

Anónimo dijo...

y ahí balles y yo, después de llevar toda la tarde esperando por una cerveza bien fresquita, somos tan pencos de pedirnos una Alster, y además de las grandes.... Por supuesto, luego cayó una Pils normal, sin sprite ni pijadas de esas!

grande Braunschweig!